Siempre Aquì

Estoy observando desde lo profundo,
Puedo sentir los pasos de la gente sobre mi.
Creo que aunque no lo demuestran
Todos notan mis presencia.
Se escucha mi respirar pausado.
Todavía no encuentro la salida.
En realidad no se si quiero salir.
Estoy en casa, mi profunda casa.
Desde aquí puedo oírlo todo.
Escucho las voces, las mentiras.
Cuando cantas por lo bajo.
Cuando hablas con vos mismo.
Desde el sosiego te espero.
Espero que algún día.
Al pasar sobre mí como cualquier día.
Mires hacia abajo y me descubras.
Yo siempre estaré aquí, en lo profundo del mundo.

Patetico carnaval

Patético carnaval,
De danzas alucinantes.
Máscaras de piel,
Que se aferran y nos poseen.

Patético carnaval
En donde todos somos anfitriones
Sonrisas desfachatadas
Ojos vacíos y desorbitados.

Arlequines de la vida,
Se pasean como si nada.
Figuras con disfraces permanentes,
Que fingen no llevarlos.

Patético carnaval
Con música ensordecedora
Máscaras tatuadas,
Que hablan por nosotros.

Máscaras de cristal,
Tan frágiles como resistentes,
Guirnaldas de los recuerdos,
Souvenir con cicatrices.

Patético carnaval,
Del que todos formamos parte,
Nadie habla de ello,
Pero todos quieren quedarse.

Nube

Hoy me encontré frente a una nube.
Una gran masa de neblina, en realidad.
Acercándose a mí como un tren fantasma
Que cuanto más acelera, mas lejos uno lo ve.

La ví ahí, tan inmóvil como avasallante.
Tan insulsa como imponente.
Era, como dije, una gran masa de algo
Pero también era una gran masa de nada.

Tuve ganas de acercarme,
De conocerla desde adentro,
Hasta creo que algo o alguien me llamaba desde ahí.
Sentí atracción y rechazo al mismo tiempo

Decidí acercarme, más y más.
No tenía nada que perder...o al menos eso creía.
Finalmente estoy dentro, pero no veo nada.
Sólo me ví a mí viendo la nube.

Nunca sabré qué ocurrió en realidad.
Nunca entenderé como salí de allí
Pero tengo la certeza de que hoy,
Descubrí el fin de todo lo conocido.

Que de mí no haya nada

Porque el barco hacia el infierno
pasa siempre por las noches,
en los mares de sangre negra
nadaré hasta agotarme.

Cuando mis brazos se entumezcan
y no queden mas palabras.
Cuando el cansancio sea mas fuerte,
que mi alma fatigada.

Rogare a los señores,
que deambulan por los suelos,
que se apiaden de mi pena
y acompañen mis pesares.

¡Que me envuelva en el oleaje,
de las aguas tenebrosas!
¡Que me lleve a lo profundo,
donde habitan los silencios!

Si este fuego que ahora siento
es el inicio de la hoguera,
Que me consuma hasta cenizas
y que de mí no haya nada.

¡Que se quiebren las tierras
que resurja la humareda!
Así me encuentro con el magma
primitivo de mi esencia.

Niña del lago

En el lago yo te ví.
Nadabas serenamente, tranquila,
como queriendo llegar a ningún lado.
Una sonrisa que mantienes con el tiempo.
Unos profundos ojos que expresan los silencios.

Niña del lago,
tú que eres tierna y sincera,
tú que eres juego y sorpresa.

Niña del lago,
que imaginas castillos,
que vences enemigos,
que duermes pura, pequeña princesa.

En el lago yo te ví.
Llorabas en secreto, pensabas silenciosa.
Como queriendo entenderlo todo.
Una muñeca empapada que secas al sol.
Una mirada al cielo que te ilusiona.

Niña del lago,
yo conozco quién eres,
yo se cómo serás.
Serás yo, pequeña niña.
La niña que ya no soy.

Sueño

Y pensar que una noche te soñé.
Te soñé riendo al lado mío.
Soñé tus manos abrazando mi alma.
Soñé que tus ojos sonrientes me miraban.

Y pensar que una noche te sentí.
Sentí tu cuerpo enardecido.
Sentí tu presencia temblorosa.
Sentí los latidos en tu pecho.

Y pensar que una noche pude verte.
Pude ver tu mirada penetrante
Vi el hoyuelo que se forma en tu mejilla.
Vi la forma en que te tocas el pelo cuando estás nervioso.

Y pensar que una noche te esperé.
Esperé oír tus pasos tras los míos.
Esperé encontrar tu rostro en la mañana
Esperé las caricias de tus labios.

Y pensar que una noche te perdí.
Pensar que ya no podré verte.
Pensar que ya no podré sentirte.
Pensar que esta noche sólo podré soñarte.

Monstruo de piedra

Monstruos infernales, gigantes de piedra.
Custodios en vigilia desafiante
Las cornisas, sus hogares
Su lugar y su reino.

Desde allí, merodea y asoma,
sociedad pétrea que persiste.
Compañeros de existencia,
con sombrías intenciones.

Animal medio humano,
hombre medio bestia.
Irónico ser artístico,
tu belleza es tu fiereza.

Imagen grotesca,
de muecas burlonas,
Señor de los secretos
que develas en tu rostro.

Tu risa en la noche me atormenta
Infernal cómplice del maligno
Son tus ojos que me recuerdan,
Lo imperfecto de este mundo.